No se lo que quiero, pero tengo clarísimo aquello que no ansío, y más aún aquello que ya, pasada la inocencia y la ignorancia de los primeros años, no pienso consentir en modo alguno.
No pido, de verdad que no, que vengan tras de mí, tan sólo que no me dejen caminar sola, si quiere puede ir delante, o a la derecha, o a la izquierda, o desde arriba, pero que por favor no me hagan sentir que no tengo compañía en el camino.
Poseedora de la mejor arma del mundo, el arma del amor. Aquella que a solo segundos detruye corazónes y aquella que con solo una palabra levanta a miles de caminos.